La Familia
Tropecé con un extraño que pasaba y le dije “perdón”.
Él contestó “discúlpeme por favor; no la vi...”
Fuimos muy educados, seguimos nuestro camino, nos despedimos.
Más tarde, al estar cocinando, estaba mi hijo muy cerca de mí. Al darme vuelta casi lo golpeo, "¡Cuidado!" le grité; él se retiró dolido, sin que yo notara lo duro que le hablé.
Estando todavía despierta al acostarme, una voz me dijo suavemente: "Trataste al extraño cortesmente. Pero gritaste del niño que amas.
Ve a la cocina y encontrarás unas flores en el piso, cerca de la puerta.
Son las flores que cortó y te trajo, rosa, amarilla y azul. Estaba calladito para darte la sorpresa y no viste las lágrimas que llenaron sus ojos."
Me sentí miserable y empecé a llorar.
Suavemente me acerqué, me arrodillé junto a su cama y le dije:
"Despierta, pequeño, despierta... ¿Son éstas las flores que cortaste para mí?"
Él sonrió y dijo: "Las encontré junto al árbol. Las tomé porque son bonitas como tú, en especial la azul."
"Hijo, siento mucho lo que hice, no te debí gritar"...
Él contestó, "Esta bien mami, yo te quiero de todos modos."
"Yo también te quiero, y me gustan las flores, especialmente la azul".
Esto me paso a mi y seguro les paso a ustedes alguna vez, pero tenemos que aprender que a los que mejores tenemos que tratar son a los que de verdad queremos. Tene en cuenta que si morimos mañana, en unos días la empresa donde trabajamos cubre el puesto. Pero la familia que dejamos, sentirá la pérdida por el resto de su vida.
Tweet
Tropecé con un extraño que pasaba y le dije “perdón”.
Él contestó “discúlpeme por favor; no la vi...”
Fuimos muy educados, seguimos nuestro camino, nos despedimos.
Más tarde, al estar cocinando, estaba mi hijo muy cerca de mí. Al darme vuelta casi lo golpeo, "¡Cuidado!" le grité; él se retiró dolido, sin que yo notara lo duro que le hablé.
Estando todavía despierta al acostarme, una voz me dijo suavemente: "Trataste al extraño cortesmente. Pero gritaste del niño que amas.
Ve a la cocina y encontrarás unas flores en el piso, cerca de la puerta.
Son las flores que cortó y te trajo, rosa, amarilla y azul. Estaba calladito para darte la sorpresa y no viste las lágrimas que llenaron sus ojos."
Me sentí miserable y empecé a llorar.
Suavemente me acerqué, me arrodillé junto a su cama y le dije:
"Despierta, pequeño, despierta... ¿Son éstas las flores que cortaste para mí?"
Él sonrió y dijo: "Las encontré junto al árbol. Las tomé porque son bonitas como tú, en especial la azul."
"Hijo, siento mucho lo que hice, no te debí gritar"...
Él contestó, "Esta bien mami, yo te quiero de todos modos."
"Yo también te quiero, y me gustan las flores, especialmente la azul".
Esto me paso a mi y seguro les paso a ustedes alguna vez, pero tenemos que aprender que a los que mejores tenemos que tratar son a los que de verdad queremos. Tene en cuenta que si morimos mañana, en unos días la empresa donde trabajamos cubre el puesto. Pero la familia que dejamos, sentirá la pérdida por el resto de su vida.
que calidad de cuento
ResponderEliminar